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  • "Tendremos que deportar en gran escala." ¿Será el conflicto en Oriente Medio el inicio del fin del buenismo europeo respecto a la inmigración?

    October 31, 2023
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    "Tendremos que deportar en gran escala." Las declaraciones del canciller alemán Olaf Scholz anticipan los tiempos que posiblemente arreciarán pronto en toda Europa. A raíz del temor que una escalada del conflicto en Oriente Medio entre Israel y Hamas suscite una insurrección interna con llamado a la yihad de segmentos poblacionales afines a Palestina, Hamas y Hezbollah, pareciera que se acerca el inicio del fin del buenismo europeo tras tres décadas de incremento exponencial de los flujos migratorios hacia Europa.

    Dir Spiegel. 21 de octubre de 2023

    Con toda Europa en alerta 5 antiterrorista (el máximo nivel de seguridad que alerta de riesgo de atentado inminente), el canciller alemán Scholz protagonizó la portada del semanario alemán Der Spiegel por unas declaraciones tajantes que, si bien no han pasado inadvertidas en Alemania, tratan de ocultarse y minimizarse por los medios generalistas de toda Europa.

    Dichos medios actúan como aquel niño que se cubre la cabeza con la sábana en la oscuridad para defenderse del monstruo cuando tiene miedo. Sin embargo, para desgracia de todos y a diferencia del niño y su sábana, la inacción política para cortar los flujos de inmigración irregular y la cómplice infantilización de los medios de comunicación equivalen más bien a cerrar los ojos justo antes de tener un accidente dejando con ello todo al azar para que las lesiones no sean fatales e irreversibles.

    Lo peor del asunto es que llueve sobre mojado. Políticos nada sospechosos de ser eso que hoy tildan con suma facilidad “de extrema derecha,” como Angela Merkel en Alemania (la misma que permitiría la entrada de más de un millón de refugiados a territorio europeo unilateralmente) y Nicolás Sarkozy en Francia, en 2010 y 2011 respectivamente, ya asumieron en público el fracaso del multiculturalismo que hoy abraza también Scholz. [1]

    Así pues, tras otra década perdida, la larga tradición europea de causar problemas y, luego, mirar para otro lado sigue muy vigente. Como resultado del acuciante aburguesamiento y su enquistado placer narcisista de aún pensarse el centro del mundo, la europea es hoy una sociedad tan infantilizada, ineficaz y anestesiada como moralista; una Europa de cristal que yace repleta de mandatarios de plastilina y demagogos a quienes la palabra líder les queda tan grande como el tamaño de su fracaso ante el desafío histórico que se les presenta; tan solo comparable a las dimiensiones de sus egos confortables y la profundidad de sus bolsillos.

    Además de por las dos guerras que se postran a sus puertas, los europeos se ven desbordados ante los flujos descontrolados de inmigración, la desinformación inducida, el silenciamiento intencionado, la insuficiencia de recursos para sostener una creciente sociedad multicultural en una sociedad globalizada, el cinismo político acerca de la imposibilidad de absorción cultural en un corto lapso temporal y la imposición de agendas supranacionales que condenan Europa al colapso (tal vez, sea eso lo que buscan las élites globalistas).

    Tan solo Hungría, Polonia y Eslovaquia (de 27 países miembros) se enrocan como punta de lanza contra el manifiesto golpe de estado globalista a los estados-nación que, entre otras, favorecen la impunidad respecto de la vulneración de la legalizadad internacional en disposición de integridad territorial. (En otras latitudes, además, impulsan procesos constituyentes y plurinacionalidad a modo de desestabilización y fase previa a una implosión desintegradora- léase, por ejemplo, Chile).

    No por sabida desde hace décadas, la situación en Europa es menos sorprendente: politólogos como el italiano Giovani Sartori, por ejemplo, avanzaría una crítica al multiculturalismo como modelo ideológico ya en su libro de 2001 al advertir que había comunidades de inmigrantes no integrables en Europa ni siquiera a través de la adquisición de la ciudadanía. [2]

    En 2006, Bruce Bawer también presentaba dos argumentos centrales similares sobre la problemática que se avecinaba en Europa respecto a la inmigración en su libro While Europe Slept: How Radical Islam is Destroying the West from Within (Mientras Europa dormía: cómo el Islam radical está destruyendo Europa desde dentro): En primer lugar, defendía que Europa enfrentaba una creciente amenaza cultural y demográfica por parte de su población inmigrante musulmana; en segundo lugar, sostenía que el liderazgo político e intelectual de Europa estaba exacerbando la amenaza al no alentar a los inmigrantes a integrarse plenamente en las leyes y las costumbres de la sociedad mayoritaria. [3]

    Generado con IA para CDM en español.
    Doubleday, 2006.

    Tan solo una década después, Douglas Murray vendría a corroborar los postulados de Sartori y Bawer como tesis atinadas en su Best Sellers The Strange Death of Europe: Immigration, Identity, Islam (La extraña muerte de Europa: inmigración, identidad e Islám) (2017). [4] Lejos de ser los únicos en señalar dichas problemáticas, un sin fin de intelectuales, políticos y académicos especializados en la materia han (hemos) venido alertando rutinariamente del conflicto moral en relación a las consecuencias sociales que acarrea implementar una filosofía política multicultural buenista (mezcla de inacción y mentalidad voluntarista en el marco de un mundo ideal) sostenida en el tiempo (véanse, por citar solo dos, Verona Stolke o Paul Gilroy a comienzos de 2000). [5]

    No tan lejano en el tiempo, una encuesta de Pew Global sobre actitudes recogida en The World Today Series 2020-2022. Western Europe apuntalaría la tendencia sugerida por Sartori y Bawer al informar que: "el 81% de los musulmanes británicos se consideraban musulmanes antes que británicos. Una cifra sorprendentemente alta si es comparada con la de Francia, donde tan solo un 42% se consideraba musulmán primero." [6] Ello, en palabras de Patrick Hyder Patterson, pone de manifiesto cómo los modelos multiculturales estadounidense y europeo operan desde distintas premisas por lo que, en consecuencia, producen resultados divergentes. [7]

    Entre muchas de las críticas que se le hacen a la sociedad multicultural podrían nombrarse la "auto segregación cultural o guetización poblacional, el conflicto entre tradiciones e intereses en el espacio público, el silenciamiento en los medios de comunicación de las opiniones y los deseos organizativos de la sociedad de las mayorías, y la disconformidad con las partidas destinadas a integración de inmigrantes y acomodación de minorías. [...] Además, también causan rechazo tanto la continua politización de minorías colectivizadas como la cosificación cultural a la que son sometidas. El establecimiento de expectativas sociales distorsionadas que restan autonomía al individuo y redundan en relaciones interculturales e interraciales estereotipadas que obstruyen la integración y, por ende, atrofian el ascensor social [condenando] a un círculo vicioso de exclusión, marginalidad y fracaso." [8] Todo ello, junto a la grave promulgación de derechos grupales para las minorías, contribuyen al desmenbramiento de las democracias liberales, la erosión de la libertad de expresión y la aniquilación de la igualdad de todos los ciudadanos como individuos ante la ley.

    Para silenciar la muerte anunciada del modelo multicultural como ideal social en el marco de la globalización, los mequetrefes políticos de sonrisa gélida y corazón totalitario aún siguen tratando de anestesiar a sus poblaciones con discursos buenistas (y hasta cierto punto lo han logrado, si bien es cierto que encuentra cada vez más resistencia) predicados a través del sentimiento de culpa y una empatía forzosa (palabra que se ha convertido en un verdadero conjuro mágico y que, tras haber reduicido la acción real a gesto simbólico, ha borrado del mapa la verdadera compasión por el sufrimiento de otro) al albor de unos derechos humanos (que se financian con los impuestos cada vez más altos del contribuyente), al tiempo que se encargan de cercenar toda disidencia por medio de la coerción punitiva de los Estados con la promulgación de legislaciones difusas, por ejemplo, constitutivas de “discurso de odio” que induce a una espiral del silencio cubierta por el pesado manto de la corrección política, cual telón de acero soviético.

    Sin embargo, la reciente defensa que hace Scholz de la necesidad de iniciar deportaciones en gran escala de inmigrantes irregulares y refugiados anticipan los tiempos que, posiblemente, arreciarán pronto en toda Europa a raíz del temor que una escalada del conflicto en Oriente Medio entre Israel y Hamas suscite una insurrección interna con llamado a la yihad a segmentos poblacionales afines a Palestina, Hamas y Hezbollah en suelo europeo. Con todo y con ello, pareciera, pues, que se acerca el inicio del fin del buenismo europeo tras tres décadas de incremento exponencial de los flujos migratorios hacia Europa.

    Vídeo divulgado y viralizado en Twitter. 31 de octubre de 2023.

    [1] Véanse, respectivamente, Gram, Pia. “Merkel erklärt ‘Multikulti’ für gescheitert.” DW. 16 de octubre de 2010 y News Wires. “Sarkozy declares multiculturalism ‘a failure.’” France 24. 11 de febrero de 2011.

    [2] Consúltese Sartori, Giovani. La sociedad multiétnica. Pluralismo, multiculturalismo y extranjeros. Madrid: Taurus, 2001.

    [3] Bawer, Bruce. While Europe Slept: How Radical Islam is Destroying the West from Within. Doubleday, 2006.

    [4] Murray, Douglas. The Strange Death of Europe: Immigration, Identity and Islam. Bloomsbury Continuum, 2017

    [5] Véanse Stolke, Verena. “Talking culture: New Boundaries, New Rhetorics of Exclusion in Europe.” Current  Anthropology, Vol. 36, No. 1, (1995): pp. 1-24; y Gilroy, Paul, Postcolonial Melancholia. Columbia University Press, 2004.

    [6] Thompson, Wayne C. The World Today Series 2020-2022. Western Europe. 39th edition. Lanham: Rowan & Littlefield, 2021. p. 74

    [7] Patterson, Patrick Hyder. “A Kinder, Gentler Europe? Islam, Christianity, and the Divergent Multiculturalisms of the New West,” en American Multiculturalism After 9/11: Transatlantic Perspectives. 147-164. Eds. Derek Rubin, y Jaap Verheul. Amsterdam: Amsterdam University Press, 2009.

    [8] Persánch, JM. "Multiculturalismo imaginado, blanquitud racializada." Procesos históricos. Revista de Historia, 41, enero-junio, 2022. p.53


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    Autor

    JM. Persánch

    Doctorado por el Departamento de Historia Moderna, Contemporánea, de América y del Arte en la Universidad de Cádiz y PhD por the University of Kentucky en Estudios Hispánicos. Hoy es profesor con amplia experiencia, investigador reputado, conferenciante y analista. No edifica pensamiento desde ninguna trinchera. Le interesa comprender cómo operan las estructuras de diferenciación y cómo se replican los procesos de legitimación en sociedades contemporáneas. Editó el primer dossier académico aparecido sobre blanquitud hispana en el campo de los estudios hispánicos. Ha publicado extensamente sobre el asunto, así como acerca de temas raciales, étnicos, y afrohispanos. También indaga en el campo de la fantasmática. Entre otros proyectos, está trabajando en dos libros. Amante del carnaval de Cádiz.
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