Noche histórica. Milei sacó un tercio de los votos del electorado argentino, desplazó a Juntos por el Cambio como principal partido de oposición y dejó al peronismo de Unión por la Patria hundido. Los leones libertarios rugieron con fuerza logrando mayoría en 16 provincias. La reacción en los medios y redes sociales se divide entre una explosión de alegría y la reacción esperable del clásico pensamiento de 'termo-sorete y porongo mental' que no entiende -o se resiste a aceptar- el espíritu de época que vive Argentina. La 'Kasta' tiene miedo: se les acaba el curro.
Noche histórica. Milei sacó un tercio de los votos del electorado argentino en las PASO-2023, desplazó a Juntos por el Cambio como principal partido de oposición y dejó al peronismo de Unión por la Patria hundido. Los leones libertarios rugieron con fuerza logrando ganar en 16 provincias y segundo en otras cinco. La reacción en los medios y redes sociales se divide entre una explosión de alegría y la reacción esperable del clásico pensamiento de 'termo-sorete y porongo mental' que no entiende -o se resiste a aceptar- el espíritu de época que vive Argentina. La 'Kasta' tiene miedo: se les acaba el curro.
"Argentina, en definitiva, lo que les quiero contar es que estamos frente al fin del modelo de la casta: ese modelo basado en esa atrocidad que dice que donde hay una necesidad nace un derecho, pero se olvida que ese derecho alguien lo tiene que pagar, cuya máxima expresión esas aberración llamada la justicia social, que es injusta porque implica un trato desigual frente a la ley. Pero, además, está precedida de un robo, ese modelo que se traduce en fuerte déficit fiscal, donde Argentina de los últimos 122 años tuvo déficit durante 112 [...] hoy nos hemos puesto de pie para decirle basta al modelo de la decadencia, hoy dimos el primer paso para la reconstrucción de la Argentina."
No ha cambiado un ápice en su discurso. Al contrario, Milei redobla la apuesta. Su coherencia le proyecta como ganador y pone muy nervioso, además de a sus adversarios políticos, tanto al establishment mediático como al círculo de 'empresaurios prebendarios' amigos del poder.
Y tras una noche histórica, despertamos en una mañana histérica: Argentina amanece sin reservas en un Banco Central que se ve forzado a subir los tipos de interés al 115%. Además, el peso argentino sufre una fuerte devaluación del 20% frente al dólar, que escala hasta los 700 pesos. Pero no responsabilicen al que llega, culpen al que está. Dicha turbulencia poselectoral no se debe al fuerte impulso libertario -tal y como el periodismo con pauta y ensobrado quieres hacer ver- sino a la tremenda debilidad mostrada por candidato oficialista de Unión por la Patria y actual super ministro de econonía del gobierno Sergio Massa. La crisis económica del país seguirá empeorando en manos del actual gobierno y amenaza con un estallido final que lleve a impago de deuda (default por bancarrota) antes de los comicios presidenciales.
Milei no tiene motivo para cambiar, ha situado su suelo en un tercio del electorado y lo tiene todo para seguir creciendo hasta las elecciones del 22 de octubre de 2023. Una simple relectura de los datos PASO arroja las siguientes conclusiones: 3 de cada 10 argentinos no validaron el sistema manteniéndose en la abstención (30,38%, 7 millones de votantes); 6 de cada 10 mostraron su descontento con la política tradicional si se suma el porcentaje de abstención al fenómeno Milei (30,02%); 7 de cada 10 votantes repudieron al actual gobierno y 8 de cada 10 rechazaron específicmente al oficialismo que representa Massa, quien apenas alcanzó el 21,4% del electorado. Solo una utópica candidatura de Cristina Fernández de Kirchner junto a Massa o Axel Kicillof (ganador en la Provincia de Buenos Aires) podría resucitar al cadáver de Unión por la Patria. No lo descarten, en Argentina puede ocurrir cualquier cosa a pesar de su condena a seis años de cárcel e inhabilitación perpetua para ejercer cargo público. Aún con Cristina en la boleta, el fin del kirchnerismo y el cambio de época estarían servidos. Y todo apunta que Milei será el próximo presidente de Argentina.
Para entender el cambio de época, sepan que Milei ha puesto en jaque la supuesta superioridad moral de la izquierda arrebatándole tres banderas: la libertad, la rebeldía y el sentido común. De ahí que no haya debates zanjados ni sociales ni morales. Es más, la izquierda no podrá ganar ningún debate que se plantee porque se ha quedado atrapada en el mundo de las ideas y la abstracción de fantasmas lejanos a la realidad cotidiana de la ciudadanía. Por su indefinición, hoy la izquierda no es más que una parodia de sí misma y la mano de obra barata del gran capital. La izquierda, tomada por el Grupo de Puebla, dejó de ser tal cosa hace mucho.
No se equivoquen, Milei no es ningún loquito. Dejen de señalar al motor del votante de Milei como voto joven y voto bronca, de lo contrario se invalidarán para entender nada. Sus votantes no son imbéciles, dejen de tratarlos como tal.
No se equivoquen, Milei no es ultraderecha. Dejen de joder azuzando el miedo con palabras huecas y llamando a la violencia. Dejen de joder, acepten la democracia. #VLLC.
Quítense las orejeras ideológicas, abandonen los prejuicios, escuchen y juzguen por sí mismos.