Inicia juicio en contra de Genaro García Luna, en un tribunal de Brooklyn, acusado de proteger al peligroso cártel de Sinaloa en Mexico.
El juicio del ex jefe de Seguridad de las fuerzas del orden público mexicano dio inicio esta semana en una corte de Brooklyn en el Estado de Nueva York. Este es uno de los casos de narcotráfico más importantes desde el enjuiciamiento del narcotraficante Joaquín “El Chapo” Guzmán hace más de cuatro años.
Genaro García Luna, quien dirigía la versión mexicana del FBI antes de ser designado para dirigir la Secretaría de Seguridad del país –y por lo tanto su guerra contra los grupos narcotraficantes, está acusado de recibir millones de dólares en sobornos a cambio de brindar protección al violento cártel de Sinaloa.
Según los fiscales estadounidenses, esa protección permitió al cártel, encabezado por El Chapo Guzman, importar cargamentos de drogas de varias toneladas a los Estados Unidos, al tiempo que evadía la captura por parte de las autoridades. Las acusaciones contra García Luna surgieron durante el propio juicio de El Chapo que concluyó en 2019.
El lunes, la fiscalía y la defensa presentaron sus argumentos iniciales ante el jurado, dando una idea de cómo podría desarrollarse el exitoso juicio.
La acusación se centró en el papel que jugo García Luna en supuestamente permitir que el cártel de Sinaloa traficara grandes cantidades de drogas a los EE. UU. Los fiscales han alegado que García Luna también avisó al cártel sobre posibles arrestos y permitió que algunos pandilleros quedaran libres.
“El acusado aceptó millones de dólares en sobornos una y otra vez”, dijo el abogado del gobierno Philip Pilmar en los argumentos iniciales en la corte federal de Brooklyn.
“Es un hombre que traicionó a su país y al nuestro”, agregó el fiscal, mientras García Luna miraba desde el banquillo, a veces lanzando besos a su esposa e hija.
El exjefe de policía mexicano se declaró inocente de cinco cargos que acarrean posibles sentencias de entre 10 años y cadena perpetua.
Uno de los abogados de García Luna, César de Castro, rechazó las acusaciones y enfatizó la falta de pruebas que tienen las autoridades estadounidenses para vincular directamente a su cliente con las denuncias de soborno.
No hay “dinero, ni fotos, ni videos, ni textos, ni correos electrónicos, ni grabaciones, ni documentos, ni evidencia creíble, creíble de que Genaro García Luna ayudó al cártel”, dijo el abogado en su declaración de apertura. Describió el caso como “una exhibición muy pública y enojada” por parte de un gobierno de EE. UU. que está abandonando a un antiguo socio en la lucha contra las drogas.
De Castro argumentó que los miembros del cártel que están listos para subir al estrado después de declararse culpables y aceptar cooperar con el gobierno, solo están tratando de reducir sus sentencias y vengarse de un funcionario del gobierno al que consideran responsable de su detención.
“No dejen que los cárteles los engañen”, dijo al jurado.
El juicio, que está siendo seguido muy de cerca en México, amenaza con correr el telón de la guerra contra las drogas que ha durado décadas y que ha resultado en más de 300.000 asesinatos desde 2006, cuando el entonces presidente Felipe Calderón envió a los militares a las calles para enfrentarse a los cárteles.
La estrategia, que contó con un importante respaldo de Washington, fue encabezada por García Luna, quien estuvo al frente de la Secretaría de Seguridad de México hasta 2012. Según fiscales estadounidenses, García Luna se mudó luego a Miami, donde vivió una vida de lujos, apoyada por empresarios a quienes ayudó a extender contratos de tecnología y vigilancia en México.
Sin embargo, si bien la corrupción entre las fuerzas del orden público mexicanas es ampliamente conocida, el caso también amenaza con sacar a la luz cuánto sabían las autoridades estadounidenses sobre los tratos clandestinos de García Luna y por qué hicieron poco para detenerlo.
Según ProPublica, los investigadores tenían pruebas que supuestamente mostraban la colusión de García Luna con el cártel de Sinaloa desde 2012, incluso antes de que renunciara a su cargo. Pero a pesar de presentar pruebas a los fiscales federales durante los siguientes años, la solicitud de acusación fue rechazada repetidamente, informó ProPublica.
Fue recién en 2019, cuando un testigo en el juicio de El Chapo le dijo a la corte que le había dado a García Luna maletines llenos de millones de dólares en efectivo como parte del trato del entonces ministro de seguridad con el cártel de Sinaloa, haciendo que los fiscales de un distrito de Nueva York comenzara a reunir las pruebas que resultaron en el arresto de García Luna ese diciembre.
Se espera que el juicio del exministro de seguridad dure ocho semanas.