Gracias a buena parte de la historiografía estadounidense y también a Hollywood, nuestro imaginario colectivo cree que lo que a día de hoy se conoce como el Oeste americano era un territorio salvaje, sin población ni cultura, que fueron llenando carretas de colonos ya muy avanzado en el siglo XIX cual película de género western, empezando de cero. Sin embargo, la realidad va por otro lado, aunque ni desde España ni desde Hispanoamérica se haya tenido demasiado interés en contestarlo.
Con todo, realmente fue la Monarquía Hispánica la que abrió muchos caminos desde por el sur, el centro y el oeste de los actuales Estados Unidos, a tal punto que muchos pertenecieron también a México, tales como California, Nevada, Utah, Colorado, Nuevo México y buena parte de Oklahoma, Kansas y Wyoming; y eso por no hablar de territorios como Texas y Luisiana, donde la presencia fue mucho más clara; o incluso las expediciones a Alaska.
Como hemos referido en numerosas ocasiones, nuestro idioma está presente en los Estados Unidos desde el siglo XVI. Y hablando de este siglo y del Oeste, tenemos que mencionar la expedición de Vázquez de Coronado de 1540 a 1542, recorriendo parte de los actuales estados de Arizona, Nuevo México, Texas, Oklahoma y Kansas (1).
En cuanto al siglo XVIII, hay quien dice que en España no hubo Ilustración y hay quien dice que la Ilustración es muy mala. Pero lo cierto es que lejos de ser un siglo decadente, representó un gran dinamismo para la Monarquía Hispánica, puesto que desde Felipe V, el primer rey de la dinastía Borbón, se buscó asegurar y hasta expandir los vastos territorios norteamericanos, empezando por Texas y llegando mucho más al Oeste, siguiendo la ruta del Pacífico hasta llegar a Nutca.
Topónimos como San Antonio, Escalante, San Francisco, Los Ángeles o Valdez nos hablan muy a las claras de nuestra historia, nuestro legado y nuestra presencia; historia, legado y presencia sin la cual no hubiera sido posible la independencia de los Estados Unidos, puesto que fue gracias a ello a que se ayudó a los patriotas a derrotar a los británicos desde el Caribe al Misisipi.
Empero, se me viene a la mente cómo hay una canción escolar de Utah hablando de “spanish explorers” (2). Por ello insisto en que antes de criticar a los estadounidenses por no conocer su historia, lo cierto es que es un problema que tenemos los hispanos, inconscientes y desinteresados ante nuestro legado en el país de las barras y las estrellas.
Ciertamente, el Oeste no fue un lecho de rosas y atendemos a Jorge García Ruiz (3), historiador español afincado en San Antonio y especialista en la materia, acerca de cierta literatura que pretende una especie de convivencia idílica en la “Apachería”, tal y como se denominó a muchos aquellos territorios. La estancia y expansión hispana por aquellos territorios no estuvo exenta de enormes dificultades, lo cual no hace sino confirmar la capacidad de resistencia de nuestros antepasados. Pero lo cierto es que los tardíos inmigrantes de muy avanzado el siglo XIX no estaban llegando a la nada: Estaban llegando a unas tierras por las que hombres de diversas razas pero unidos en su fe y en su rey, a través de misiones y pequeñas poblaciones, fueron abriendo los caminos no sólo de los Estados Unidos, que por supuesto, sino de Occidente.
*Imagen del artículo: Cuadro de Augusto Ferrer-Dalmau
https://augustoferrerdalmau.com/inicio/242-la-expedicion-de-coronado-8436575121888.html
NOTAS
(1)Sobre esta expedición, recomiendo el libro “Tierras de Coronado” de Juan Carlos García Regalado:
(2)Sobre la referida canción:
(3)Sobre Jorge García Ruiz, recomendamos especialmente su obra “Presidio, soldados del rey”: