Por: Todd L Wood
Esta semana, el presidente Joe Biden dijo algo que no debió en voz alta: “el ejército de EE. UU. se quedó sin municiones;” se lo hemos dado todo a Ucrania. Así que ahora le está dando al país más corrupto del mundo, bombas de alto impacto, que mutilarán a la población civil.
Recuerde: “todo se trata de los niños”.
“Estamos en una situación en la que Ucrania continúa siendo atacada brutalmente en todos los ámbitos por municiones de alto impacto, por estas municiones de alto impacto que son, tienen tasas de fallas que son muy, muy bajas, quiero decir, muy altas, que son un peligro para los civiles, número uno” dijo Biden.
Número dos, “los ucranianos se están quedando sin municiones, las municiones, solían llamarlas proyectiles de 155 milímetros. Esta es una... esta es una guerra relacionada con las municiones. Y se están quedando sin esas, esas municiones. Y estamos muy bajo en eso” agregó Biden.
Al decir la verdad en voz alta, en su estado demente y sin filtros, Biden destacó sin darse cuenta el verdadero objetivo para la guerra de Ucrania: destruir la capacidad militar de los EE. UU. Esto debe hacerse, en su mente, antes de que China pueda tomar Taiwán de manera efectiva y, por lo tanto, controlar el comercio del Pacífico.
No tendremos munición para disparar y defendernos.
Esta es una guerra sin restricciones: fentanilo, armas biológicas, destrucción económica, transexuales, LGBTQ, aborto, inmigración ilegal, destrucción militar, robo de IP, CRT, DEI, trata de personas, sabotaje de infraestructura, etcétera, etcétera.
Biden no está trabajando para el pueblo estadounidense, está trabajando para Xi Jinping.