El 4 de julio, esto es, el día de la independencia de los Estados Unidos, tiene nombre propio en Europa, concretamente en Macharaviaya, el único lugar del Viejo Continente que tiene esta festividad como celebración oficial.
En la provincia de Málaga, esto es, el sureste de la Península Ibérica, se alza este pueblecito que no llega a los 500 habitantes; un pueblecito de casas preciosas cuyo color claro engalana desde lejos los campos a través de los montes y las cuestas. Y es en Macharaviaya donde nació Bernardo de Gálvez, militar y político español, héroe que hizo posible la victoria de Pensacola en aquella Guerra Angloespañola que posibilitó la derrota de los británicos y que daría nacimiento al país de las barras y las estrellas. Y Bernardo de Gálvez no estuvo solo en sus tareas americanas, puesto que buena parte de su familia también tuvo vinculación política, económica y militar con las Indias y nunca se olvidaron de su pueblo de nacimiento, contribuyendo a la construcción de una iglesia que nos traduce el dinamismo y la grandeza hispánicas del siglo XVIII.
Así, la semana en la que coincide el 4 de julio, siempre la víspera tiene lugar con un pasacalle por las calles del centro de la ciudad de Málaga, siendo que al día siguiente hay una gran celebración en Macharaviaya, donde se recrea la batalla de Pensacola.
En la ciudad de Málaga tenemos que recordar al gran historiador Manuel Olmedo, pues gracias a su gestión y a la de Teresa Valcarce (gallega de sangre malagueña) (1) se cumplió una promesa de la independencia que había quedado olvidada y se ha hecho justicia histórica, figurando un cuadro de Bernardo de Gálvez en el capitolio de los Estados Unidos.
Con todo, hace poco recibí la invitación de mi amigo el macharatungo (2) Moisés Tortosa, viniéndoseme todavía más a la mente cómo en el 2022 (3) hice un reportaje sobre esta significativa celebración, pudiendo vivir momentos increíbles a la par que conocí a gente fascinante, sintiéndome arte y parte de aquella gran historia que nos une a los hispanos de ambos hemisferios.
Todavía queda mucho por hacer con respecto al legado hispano de América, así como de los vínculos americanos presentes en España. Y no hablo sólo a nivel estadounidense, sino a nivel continental; porque como dice mi amigo el gran historiador quiteño Francisco Núñez del Arco, el primer atlantismo fue el hispano. Y en esa batalla cultural estamos. Y tenemos un día emblemático para celebrar el 4 de julio en el cual los macharatungos dan un bello ejemplo a toda la hispanidad honrando como se merece a su arquetípico paisano.
Invito a todo aquel que quiera y pueda a acercarse a la cuna de los Gálvez, garantizando que no se arrepentirá. Allí estaré, D.m.
NOTAS
(1)Sobre Manuel Olmedo Checa:
Sobre Teresa Valcarce Graciani:
(2)Gentilicio de Macharaviaya.
(3)Reportaje “Bernardo de Gálvez y el 4 de julio hispano”: