Por: Antonio Moreno Ruiz
El pasado 5 de junio asistí al homenaje que se le realizó al historiador estadounidense Stanley Payne(1) en el Salón del Almirante de los Reales Alcázares de Sevilla gracias a la invitación del profesor Joaquín Egea, presidente de la Plataforma en Defensa del Mundo Hispánico.
Al igual que ha habido grandes personalidades estadounidenses que no vacilaron en mostrar su más sincero afecto por España y su legado, tales como el poeta Walt Whitman, el historiador y escritor Charles F. Lummis o el presidente J.F. Kennedy(2), Stanley Payne se abre hueco en ese podio por derecho, llevando sus inquietudes e investigaciones tanto al público de los Estados Unidos como a todas aquellas lenguas a las que ha sido traducido.
Desde los años 50 de pasado siglo XX, Payne puso sus ojos en España, contactando primero con exiliados republicanos en Estados Unidos y luego especializándose en temas relacionados con la Guerra Civil, el falangismo, el carlismo o el franquismo, entre otros.
Payne nunca ha ocultado su interés y admiración por el catolicismo español, puesto que más allá de lo meramente religioso, también impregnó lo civil en muchos aspectos, universalizándose en el continente americano. Frente a la Leyenda Negra que presupone España como una suerte de excepcionalidad negativa para el mundo occidental, nuestro historiador se ha detenido en el genuino fenómeno de la Reconquista, puesto que éste constituiría la auténtica excepcionalidad, esto es, un país cristiano que pudo recuperar su territorio frente al islam al cabo de ocho siglos, forjando además un proyecto expansivo desde la Edad Media; proyecto que abrió la Edad Moderna y cambió el mundo para siempre.
Asimismo, aun salvando las muchas y lógicas distancias, esa permanencia de espíritu y acervo significó mucho para que en la Guerra Civil, el comunismo no pudiera apoderarse de España, lo cual supuso no sólo la derrota del Frente Popular, sino también de la URSS.
Con todo, viendo la deriva totalitaria que el PSOE y otros partidos de izquierda han impuesto en España, Stanley Payne se ha posicionado abiertamente contra la llamada “ley de memoria histórica”, luego “Ley de Memoria Democrática”, defendiendo la libertad de expresión y de investigación en un país que ha supuesto el desvelo de sus pesquisas, adquiriendo también un compromiso personal.
Así las cosas, en España solemos repetir que los norteamericanos no conocen su historia, pero más bien deberíamos replantearnos si el problema va por otro lado, puesto que, en verdad, somos los españoles los que no conocemos ni valoramos nuestra historia en Norteamérica. Con todo, Stanley Payne es un gran historiador, un testigo del siglo XX que puede enseñarnos mucho en el XXI, desde su Texas natal hasta su Wisconsin actual, pero también pasando por todo un mundo hispánico que puede y debe agradecerle su enorme labor divulgadora.
NOTAS
(1)Stanley Payne es Doctor en Historia por la Universidad de Columbia y profesor emérito de Historia en la Universidad de Wisconsin-Madison, en la cual ostenta la Cátedra Hilldale-Jaume VicensVives.
Acerca de su bibliografía, recomendamos los siguientes enlaces:
https://www.planetadelibros.com/autor/stanley-g-payne/000004070
https://www.lecturalia.com/autor/822/stanley-g-payne
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