El presidente Lasso invocó un mecanismo nunca antes utilizado a medida que avanzaba su juicio político.
Frente a una votación de juicio político, el 17 de mayo el presidente ecuatoriano Guillermo Lasso tomó la medida sin precedentes de pedir la disolución del congreso, una opción que algunos han criticado. Con este mecanismo constitucional, Lasso disolvió el Congreso y puede gobernar por decreto hasta que se celebren elecciones presidenciales y legislativas dentro de los próximos seis meses. Lasso citó una grave crisis política y conmoción social como razones para invocar la medida. El 16 de mayo había testificado en un juicio político relacionado con acusaciones de malversación de fondos, lo que ha negado.
Es la primera vez que un presidente en Ecuador disuelve la legislatura. Por ley, dentro de los siete días siguientes a la publicación de este decreto, el CNE debe convocar a nuevas elecciones presidenciales y legislativas para culminar el actual mandato. Hasta que una nueva Asamblea Nacional sea juramentada, Lasso puede gobernar por decreto, con controles de la corte constitucional. El juicio de destitución de Lasso se inició en el Congreso el martes, en medio de un aumento de la violencia relacionada con el narcotráfico en el país sudamericano y la ira generalizada por el aumento del costo de vida. Lasso es muy impopular. La oposición mayoritaria de izquierda ha acusado a Lasso de conocer supuesta corrupción en empresas estatales, en las que están implicados su cuñado Danilo Carrera y un empresario acusado de narcotráfico.