Por: Eduardo Vidal

(Miami, Florida) Al crecer en Chicago, aprendí algunas cosas sobre las maquinarias políticas del alcalde Daley y Saul Alinsky, y una de las reglas básicas del Chicago Outfit es: "¡No respaldes a ningún perdedor!" El segundo lugar no es lo suficientemente bueno en política, porque es un torneo de eliminación: ganar o irse a casa. Los negocios pueden ser un juego de suma positiva, pero la política siempre es un juego de suma cero.

El Comité Nacional Republicano está programado para votar este mes sobre su próximo presidente para el ciclo electoral de 2024. La titular, Ronna Romney McDaniel, quien fue elegida por primera vez con el apoyo del presidente Trump en 2017 y conserva su apoyo, ha llevado al partido a perder tres elecciones consecutivas en 2018, 2020 y ahora nuevamente en 2022, pero, sin embargo, busca la reelección. No tiene vergüenza, porque si lo hiciera, renunciaría en silencio y se dirigiría a la oscuridad bien merecida. Ella es una perdedora, y los perdedores no merecen ser mantenidos, por ningún motivo. Algunas personas dicen que ella es una buena recaudadora de fondos, pero el propósito de un partido político no es recaudar fondos, sino ganar elecciones. Recauda fondos para ganar elecciones. Ella recauda muchos fondos, pero no gana las elecciones.

En 2018, presidió la jubilación anticipada voluntaria de alrededor de 50 congresistas republicanos y la humillante perdida del liderazgo de la Cámara por parte del presidente en ese momento, Paul Ryan. Prefirieron perder la Cámara que trabajar con el presidente Trump. Además, los demócratas cambiaron las gobernaciones en Wisconsin y Michigan que habían sido republicanas durante dos mandatos anteriores.

En 2020, descuidó los esfuerzos de integridad electoral, mientras que los demócratas desplegaron legiones de abogados en todo el país y los Zucker Bucks fluyeron hacia los distritos azules. Como resultado, el presidente Trump no solo perdió la reelección, sino que los demócratas recuperaron el control del Senado. Si bien los republicanos lograron avances en la Cámara, no pudieron negarle otra mayoría a la presidenta Pelosi.

En 2022, presidió una esperada ola roja que fracasó, a pesar del historial demócrata, perdiendo terreno en el Senado y ganando apenas la mayoría en la Cámara. Además, los gobernadores demócratas fueron reelegidos en Wisconsin y Michigan, el gobernador demócrata de Pensilvania fue sucedido por otro y los demócratas cambiaron la gobernación en Arizona por primera vez en al menos cuatro mandatos. Después de estos pésimos resultados, hizo un llamado a la unidad del partido, pero no hay evidencia para esperar que pueda revertir la situación, por lo que la única unidad del partido debe ser reemplazarla. Puede que no haya sido totalmente su culpa, pero sucedió bajo su supervisión.

El director del Centro de Política de EE. UU. en el University College de Londres, Thomas Gift, dijo a Newsweek: “En cualquier partido funcional, las cabezas rodarían después de una elección tan monumentalmente decepcionante como la que tuvieron los republicanos en noviembre. En cambio, lo que vemos es una duplicación de una estrategia perdedora”. El Partido Republicano de Texas, sin embargo, votó unánimemente por el reemplazo de Ronna. Si ella estuviera en una profesión que valora la responsabilidad, como entrenadora de fútbol americano universitario, la habrían despedido hace mucho tiempo. El Partido Republicano de Florida llevará a cabo una votación informal el viernes 20 de enero en Sarasota, y ambos candidatos a presidente del RPOF se oponen a Ronna.

Demasiados republicanos se sienten cómodos jugando a los Generales de Washington frente a los Harlem Globetrotters de los demócratas. Los republicanos pueden usar uniformes elegantes, viajar por todo el país y recibir un pago por hacer algo que les encanta hacer, pero también les pagan por perder. No debemos endorzar a los perdedores, pero tampoco podemos tolerarlos. Poner límites a mandatos es también útil. El presidente del Comité Nacional Republicano debe rendir cuentas por el fracaso. No son burócratas gubernamentales sindicalizados como el Doctor Fauci y el Instituto Nacional de Salud.

No podemos endorsar a los perdedores, porque no podemos darnos el lujo de perder; no es manera de avanzar en Estados Unidos. Como observó Winston Churchill, nuestro objetivo debe ser la victoria, porque sin victoria no hay supervivencia. Estamos en una guerra de exterminio cultural, frente a una revolución cultural de los socialistas totalitarios. Si cree que exagero, considere que el Senador Ron Wyden (D-Oregon) y su esposa (propietaria de la un puesto de ventas de libros usados en Manhattan) pasaron sus vacaciones de invierno (las vacaciones antes llamadas Navidad) con los matones totalitarios en La Habana.

Si Ronna quiere seguir en la política, debería volver a arreglar su estado natal de Michigan, que se está convirtiendo en otro Illinois (mientras que Chicago se convierte en otro Detroit). El gobernador demócrata reelecto, junto con las mayorías demócratas recién elegidas tanto en el Senado como en la Cámara de Representantes del estado, amenazan con derogar su nueva legislación sobre el derecho al trabajo y obstaculizar aún más la integridad electoral. Si Ronna no puede ganar para su partido en su estado natal, entonces no merece dirigir el partido nacional. #NuncaRonna!

Eduardo Vidal es abogado y activista político. Su familia lo trajo cuando tenía nueve años de Cuba a los EE. UU., pero ahora el estado de derecho también se ha erosionado en los EE. UU., y nos estamos convirtiendo en Cuba y el resto de América Latina.